La lancha de todos
Cuando se habla de navegación en Charqueada,con historia totalmente unida al río y su entorno, hay tres referencias bien claras.
La primera al viejo Vapor Laguna Merín, mítico y hacedor de grandes hazañas. La segunda a los barcos de café en general y por ahí saltan varios nombres bien recordados por los locatarios, todo esto asociado a dos etapas en el proceso fundacional. El vapor que abrió las picadas del tiempo y los pequeños e industriosos barquitos que hicieron la segunda etapa, hasta cercanos los años ’60.
Pero la tercera referencia ineludible, para hablar del río Cebollatí, su entorno y Charqueada y con su nueva función, de desarrollo del turismo, es la vieja y querida «Stella Marys».
Y es así como todos la recuerdan, aunque en los últimos
años la Cédula decía «Dr. Raúl Antiga».
Fue precisamente el Dr. Antiga quien la trajo desde
Carmelo, luego de haber cumplido funciones en el cruce
del Río Uruguay, cruzando desde el Delta del Tigre, con la
Empresa Cacciola.
Y se puso a la orden del turismo charquedense desde fines
de los años ’60. Una fotografía de una publicación nacional
de principios de los’70 ya destaca su función ya que
naturalmente fue quedando para usufructo municipal y un día pasó oficialmente a ser embarcación de la comuna. Desde esa época, tomó para sí la bandera de ser el solaz y motivo de paseo y difusión de la naturaleza regional. Se perdieron las cuentas de los viajes que realizó hasta la desembocadura del río en la Merín. De la gente que transportó, de la alegría y el asombro que propició con su transporte al descubrimiento de «aquel nuevo mundo natural», aguas abajo. Delegaciones de todas las edades, sectores, países, rangos, etc, etc, desfilaron por su espacio y recorrieron en su lomo, las aguas del Cebollatí.
Autoridades de varias reparticiones, políticos, embajadores y
siga poniendo ítems.
Poca gente que se haya aventurado a Charqueada, no anduvo,
aunque sea una vueltita en la mítica embarcación.
Que también le cuento, ni muy cómoda era. Motor grande al
centro de la embarcación, un poco ruidoso para mantener una
conversación normal y los asientos no en la mejor posición
para la observación. Pero el disfrute del paseo, la magia de la
navegación y aquello mágico de cariño que desprendía, hacía
superar todas las complicaciones.
Era como una abuela, gruñona, pero juguetona con los nietos. Y todos la queríamos así.
Nunca decía que no, a una propuesta de viaje. Se quejaba un poco, pero nos llevaba a donde le pidiéramos y muchas veces con exceso de carga,solamente para que no faltara nada en la excursión y entre todos vivieran momentos inolvidables. Allá por los años ’90 y poco, tuvo un momento de reparación. Fue a los astilleros litoraleños y volvió rejuvenecida para continuar sirviendo al turismo local y ser como siempre será, una referencia inolvidable de la localidad. Hoy está alejada del río. La vida útil de navegación paso para la «Stella Marys» como la conocimos y conocemos todos los vecinos de Charqueada y alrededores.
Pero en realidad, todos saben que está,como siempre,cuando navegamos junto a ella,con el recuerdo de días plenos de felicidad, naturaleza y turismo. Como es Charqueada.
Charlando con Oscar Apaulaza, hoy funcionario municipal jubilado y tal vez uno de los patrones con mayor tiempo en la embarcación, anotaba que junto a él, también como patrón, trabajó muchos años, Humberto Duche. Además nos anotaba que los primeros patrones y baqueanos de la embarcación fueron vecinos como Julio Ricardí, Diomar Franca y el recordado Jacinto “Cungo” Ricardí.
Fuente: Walter Acarino